Al patrón de la vereda que se fue ayer:
Lluvia y luna
Te fuiste con la lluvia de ayer por la mañana,
las nubes se corrieron cuando llegaste al cielo
y ya en el ocaso sopló un viento vecino,
amigo, él te abrió paso, te dio la despedida
de este invierno infame, del barrio, que hoy te duela,
que trunco se ha quedado, vacío de tus pasos.
Ayer fue luna llena, perfecta en su bravura
de ser ya la segunda en sólo una treintena:
a mí hoy me parece que la lluvia te anuncia,
que la luna te vela, que los cielos nos hablan
de aquello que tememos caiga como aguacero
sobre los campos ciegos que hacen nuestras vidas,
sobre eso que, cobardes, llamamos derrotero
y que duele en el alma porque no conocemos.
A boca de jarro